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Una planta que ayuda a tu hígado a regenerarse: DESMODIUM


Si tu hígado pudiese hablar, tendría muchas cosas que decirte. Sobre todo después de las navidades, una época de excesos como pocas, en la que ha tenido que trabajar a destajo. El hígado libra una batalla constante para mantenerte con buena salud. Este órgano desempeña un trabajo monumental de transformación, regulación y depuración del organismo. Sintetiza proteínas a partir de los aminoácidos, el colesterol y las sales biliares, y también captura y transforma las sustancias tóxicas a las que te expones cuando comes, bebes o simplemente respiras. Por ello, es fundamental mantenerlo en buen estado de funcionamiento. Y más tras la superabundancia de comida (y quizá también alcohol) al que se le has sometido en estas fechas. ¡Tu hígado te está pidiendo a gritos una detoxificación! Detrás de esta palabra se esconde una necesaria “limpieza general” del organismo. Y hay una planta africana que lleva milenios usándose y que va a convertirse en el mejor aliado de tu hígado: el Desmodium. Por fin vas a poder agradecer a tu hígado y devolverle con creces todo lo que él hace por ti, además de empezar el año con un hígado “nuevo”.

El hígado transforma, regula y purifica.

El hígado es el órgano más grande, el más pesado y uno de los más complejos del cuerpo humano. Pesa cerca de 1,5 kg y contiene de 10 a 20 trillones de unidades celulares especializadas (conocidas como hepatonas) que intervienen en más de 500 funciones esenciales. Con la ayuda de la vesícula biliar, desempeña un papel decisivo en la digestión y en la absorción de los nutrientes. Permite especialmente la absorción de las vitaminas liposolubles A, D, E y K (solubles en materia grasa), pero también de oligoelementos como el hierro y el cobre, que puede almacenar en pequeñas cantidades. El hígado también contiene enzimas que permiten las miles de millones de reacciones químicas que tienen lugar en el organismo y en las células, y que son indispensables… ¡simplemente para vivir! El hígado también desempeña un papel importante en las funciones metabólicas más complejas del cuerpo humano. Por ejemplo, almacena la glucosa en forma de glucógeno y la lleva a la sangre en función de las necesidades del cuerpo. También convierte las grasas en energía. Además, también actúa sobre las hormonas. Así, interviene en la conversión química de la hormona tiroidea, segrega la hormona IGF-1 -factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IDF-1)-, que favorece el crecimiento celular, y también fabrica el angiotensinógeno para regular la tensión arterial. Por último, también elimina las hormonas cuando dejan de ser necesarias. En definitiva, el hígado es el órgano clave para liberar al cuerpo de venenos y sustancias tóxicas. Tu hígado se comporta como una verdadera depuradora en miniatura de los deshechos que se infiltran en el cuerpo (alcohol, contaminantes, productos de síntesis, metales pesados, medicamentos...), hayan sido ingeridos, inyectados, tocados o inhalados. Trata de eliminar todas las sustancias químicas por medio de un sistema de enzimas muy eficaz que los toxicólogos llaman “el metabolismo de los xenobióticos”. No hace falta decir que, en nuestro mundo moderno, ¡este órgano tiene más trabajo que nunca! Los procesos naturales de digestión, absorción y metabolización de nutrientes generan una serie de sustancias intermedias o finales que pueden considerarse toxinas y que, por tanto, deben ser eliminadas del organismo. Estos procesos que facilitan la eliminación de sustancias de desecho y toxinas acumuladas es lo que llamamos “detoxificación”. Pero no siempre funcionan correctamente. O se ven sobrepasados en periodos donde nos hemos excedido con la comida y el alcohol, poniendo a prueba a nuestro hígado, uno de los órganos que más interviene en estos procesos. Las toxinas que se van acumulando en el organismo pueden tener dos procedencias:

  • Endógenas: se generan en las propias células a través de sus procesos metabólicos de obtención de energía y reparación.

  • Exógenas: sustancias como el alcohol, el tabaco, la contaminación ambiental, los restos de herbicidas y pesticidas en la comida, los medicamentos, los metales pesados o los aditivos añadidos a las comidas procesadas y envasadas.

El grado de toxicidad que acumula cada organismo depende del tiempo de exposición a estas sustancias, la cantidad, la naturaleza de las mismas o el mayor o menor grado de acumulación de cada individuo. Piénsalo por un momento, ¿desde cuándo no te haces una limpieza general del organismo (si es que lo has hecho alguna vez)?

Es fundamental que protejas el hígado y lo cuides.

Aunque son varios los órganos que intervienen en los procesos de detoxificación -los riñones, el intestino, la piel- es el hígado el órgano con mayor implicación ya que debe transformar previamente estas sustancias de desecho en compuestos más hidrosolubles antes de ser eliminados (por la orina, las heces o el sudor). Cuando el hígado funciona en óptimas condiciones es capaz de limpiar el organismo correctamente y eliminar un número determinado de toxinas por lo que éstas no generan ningún efecto secundario, pero con el paso de los años y los excesos, el hígado ya no funciona al 100% de su capacidad y esas toxinas se van acumulando poco a poco, por lo que dañan a las estructuras y las células corporales impidiendo que ejerzan correctamente sus funciones. La consecuencia es que las células presentan una menor capacidad para regenerarse, lo que a la larga se traduce en enfermedades crónicas de distinta índole. Además, el hígado se destruye con facilidad: por sobreexposición a tóxicos (como el alcohol), virus (hepatitis C y B), anomalías genéticas, alteraciones metabólicas, cáncer... ¡El hígado tiene incontables enemigos! Estas enfermedades del hígado pueden manifestarse en varios síntomas, como pueden ser fatiga, problemas renales y sexuales, ictericia, aumento del volumen del abdomen o edemas. Debido al papel crucial que desempeña el hígado para la salud, es fundamental que lo protejas con una alimentación y un modo de vida sanos. En naturopatía, los terapeutas recomendamos curas regulares para revitalizar el hígado. Cada vez hay más investigadores que reconocen la necesidad de brindarle esa ayuda extra en los momentos en los que se le exige más. Es el momento. Escucha a tu hígado. Ayúdale a liberarse de la pesada carga de la acumulación de toxinas. Para conseguirlo, la fitoterapia ofrece numerosos remedios (como el diente de león, el rábano negro, la alcachofa salvaje o el cardo mariano), pero sólo uno puede presumir de ser considerado como “la planta del hígado” (aunque, sorprendentemente, es la menos conocida entre los no expertos): el Desmodium la planta del hígado.

Los diversos estudios llevados a cabo sitúan al desmodium como un gran aliado tanto para las disfunciones hepáticas más leves (necesidad de detoxificación, acción preventiva y protectora de las células hepáticas) hasta para los trastornos hepáticos más graves, como la hepatitis, la cirrosis, la quimioterapia aplicada al hígado, el alcoholismo crónico o el desequilibrio de las transaminasas, y ha demostrado ser seguro para la salud. Además, la práctica ha demostrado que esta planta, al proteger y reparar las células del hígado, ayuda a mantener el sistema inmune en buenas condiciones. Por ello, se utiliza a menudo como tratamiento en los cambios de estación para preparar mejor al cuerpo ante los rigores del invierno o los períodos de más calor. Es una planta muy rica en nutrientes y principios activos que le proporcionan los beneficios terapéuticos asociados. Cabe destacar su aporte en alcaloides indólicos (unos 4 mg de tritamina por kg de planta), saponinas, ácidos grasos (linoleico, oleico, palmítico, linolénico…), aminoácidos en forma libre (ácido aspártico, glutamina, prolina…) y minerales (azufre, magnesio, potasio, fósforo…). ¡Una planta muy completa! Y gracias a esa riqueza en nutrientes, el desmodium ha demostrado una excelente capacidad antioxidante que ayuda a combatir el exceso de radicales libres, responsables de algunas de las enfermedades crónicas y degenerativas más frecuentes en la actualidad. Estudios más recientes sugieren incluso que los principios activos de esta planta podrían tener efectos antimicrobianos.

Cómo utilizar el Desmodium:

En otras ocasiones, al hablarte de algún producto, destaco el efecto combinado de varias plantas o extractos herbales para conseguir los mejores resultados. Pero en este caso es distinto. La acción del desmodium es tan potente que no necesita otros aliados para ayudarte a detoxificarse y cuidar la salud de tu hígado. Si quieres puedes acudir a tu herboristería y utilizar la planta para preparar tus propios remedios. Pero si quieres usar el desmodium como cura para desengrasar, detoxificar y revitalizar el hígado, lo que te aconsejo es un producto a base de desmodium con una concentración en principios activos elevada y garantizada, pensado especialmente para ello y de la máxima calidad. Ya preparado y para utilizar con comodidad, seguridad y concentración perfecta.

Salud amigos

Centro luri acupuntura y terapias naturales desde Zaragoza.


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