Por regla general los resultados de una dieta de adelgazamiento son muy decepcionantes. Un año después de haber terminado el régimen, el 80% de las personas terminan recuperando la mayor parte de los kilos perdidos.

Nuestro cuerpo produce energía gracias a las calorías que aportan los alimentos, pero no todos ellos suministran la misma cantidad. Por cada gramo, los lípidos (grasas) aportan 9 kilocalorías, mientras que los lúcidos y las proteínas aportan 4 kcal y las fibras 2.

El cuerpo utiliza estas calorías para realizar las actividades de la vida cotidiana: dormir una hora requiere 60 kcal; caminar ese mismo tiempo, 180 kcal; pasar el aspirador, 200 kcal; hacer la compra 400 kcal.....

El peso es el resultado del equilibrio entre estos dos elementos: las calorías que aporta la alimentación y, las calorías quemadas durante el periodo de actividad.

¿Se rige el peso por una simple regla matemática?

Se quiera adelgazar 2 kg o perder 10 kg, el principio es el mismo: el total de calorías ingeridas debe ser inferior al total de calorías quemadas por el organismo.

A esa regla se le denomina BALANCE ENERGÉTICO. Para lograrlo se puede elegir entre disminuir las calorías consumidas mediante un régimen o aumentar las calorías quemadas con ejercicio, o incluso mejor: optar por las dos cosas a la vez.

Esta es la Ley Universal del adelgazamiento, a pesar de que cada año aparezcan nuevos "métodos milagrosos" que aseguran haber descubierto una forma de hacerte perder peso de manera rápida y con menos esfuerzo.

Al comer, el organismo utiliza los nutrientes de los alimentos para reponer los que ha gastado y reparar estructuras corporales como los huesos y los músculos. Pero, ¿que ocurre cuando se está a dieta? Estando a régimen no se come lo suficiente, por lo que el cuerpo no puede reconstruir de forma correcta todas sus fuentes de energía perdidas. Cuando se está a dieta, la mayoría de las personas pierden mucha grasa, ¡pero también mucho músculo y mucha masa ósea! Se calcula que estas pérdidas pueden alcanzar incluso varios kilos, lo cual significa que el riesgo de sufrir una fractura aumenta considerablemente. Y lo que es todavía peor: al mismo tiempo la esperanza de vida disminuye, puesto que los músculos permiten al sistema inmunitario funcionar de manera óptima.

Al elegir una dieta es imprescindible limitar la pérdida de estos elementos, y sólo se consigue si:

- Acompañas la dieta de ejercicio físico. Con él se estimula la acumulación de proteínas alimenticias en los músculos.

- Aumentar los aportes alimenticios de proteínas para reconstruir el músculo destruido.

- Aumentar los aportes de frutas y de verduras, fuentes de minerales alcalinizantes que reducen la desmineralización ósea y favorecen la remineralización.

¿Hacer dieta de por vida?

Sabemos que perder peso puede ser bastante complicado, incluso estando a dieta. Aunque lo realmente difícil es mantener ese peso más bajo de forma permanente, La pregunta que hay que hacerse es: ¿por qué?

Vamos a ver un ejemplo:

Una mujer de 40 años, con un peso de 70 kg y una estatura de 170 cms. Llevando una actividad física media, para funcionar correctamente su cuerpo quema 2200 kcal al día. Al perder 5 kg. su cuerpo tendrá menos células que alimentar y pasará entonces a funcionar con menos energía. en su caso, 2100 kcal serán suficientes, es decir, 100 kcal menos que cuando pesaba 70 kg (equivalente a una ensalada grande o un puñado de frutos secos).

Así, si esta mujer retoma sus antiguos hábitos alimenticios, en el mejor de los casos regresará a su peso inicial; en el peor de ellos, terminará ganando kilos adicionales.

La verdad es que LA ÚNICA DIETA QUE FUNCIONA a largo plazo es aquella que podemos hacer ¡TODA LA VIDA! Dicho de otra manera: es más sensato pensar en un cambio alimenticio global a largo plazo en lugar de una dieta, que por definición se limita a un tiempo determinado.

Así es amigos míos LOS MILAGROS NO EXISTEN. Si el resultado de un trabajo bien hecho.

Centro luri acupuntura y terapias naturales, desde Zaragoza.