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Artritis. ¿Podemos prevenirla?

Actualizado: 20 ene 2020


Artritis o poliartritis: Hablamos de “artritis reumatoide” cuando en medicina lo habitual es hablar de “poliartritis” reumatoide. Es indiferente referirse a ella de una u otra forma.

Se trata de una patología en la que los tejidos que rodean las articulaciones se inflaman, y esto se produce en cada vez más puntos al mismo tiempo. Y no es solo una, sino varias las articulaciones afectadas. De ahí la denominación de “poliartritis”.

Si la inflamación de la articulación se manifiesta en la rodilla derecha, también aparecerá en la izquierda. Y lo mismo sucede con las manos, los pies…; siempre que afecte a uno de ellos, lo hará inevitablemente también en el del otro lado.

Este es uno de los aspectos que permite distinguir la artritis de la artrosis, que empieza afectando a un único cartílago.

Asimismo, la poliartritis reumatoide ataca también a articulaciones que rara vez se ven afectadas por la artrosis, como por ejemplo pequeñas articulaciones del pie, de la mandíbula, de la muñeca, del tobillo etc.

La inflamación es de origen autoinmune; es decir, se origina cuando nuestras defensas naturales atacan al propio cuerpo. En ese punto, las articulaciones se inflaman y terminan destruyéndose.

Esta patología limita incluso para abrir un bote de mermelada, un grifo o un tubo de pasta de dientes. Puede que incluso resulte imposible sujetar un simple bolígrafo.

Además, a causa de la falta de sueño y la ansiedad que esto genera, a menudo acaba afectando al carácter del enfermo, que termina malhumorado.

Y peor todavía: en ciertas formas más agresivas de artritis la inflamación acaba atacando a otros tejidos más allá de las articulaciones, como por ejemplo el corazón, los pulmones, los ojos, los riñones…

Es decir, que la patología puede llega a poner en riesgo la propia vida.

A nivel cardíaco, el tejido que se inflama es el que rodea el corazón, denominado “pericardio”, por lo que esta manifestación recibe el nombre de “pericarditis”.

En definitiva, estas inflamaciones pueden llegar a desencadenar un fallo orgánico, pudiendo resultar la poliartritis reumatoide una patología mortal.

Cómo evoluciona la poliartritis reumatoide

Numerosos casos de artritis evolucionan poco o muy lentamente. De hecho, en un 10 ó 15% de los casos, después de una crisis de 6 meses la patología se detiene por sí sola (y puede incluso desaparecer del mismo modo en que apareció).

De las personas que no reciben ningún tratamiento ni hacen nada al respecto, solo una de cada dos experimentará un trastorno incapacitante relacionado con la patología al cabo de 10 años.

Eso significa que, si se actúa sobre la alimentación y el modo de vida, comenzando con la toma de complementos nutricionales tan pronto como se pueda, y asimismo recurriendo a la medicina convencional en las crisis más graves, esta patología puede sobrellevarse perfectamente.

Actuar años antes de que aparezca.

Lo ideal sería no llegar a experimentar ningún síntoma de poliartritis reumatoide. Y en este sentido puedes empezar cuanto antes a trabajar para prevenirla de la siguiente forma:

  • Mantén un buen nivel de vitamina D en sangre (entre 45 y 60 ng/ml). Esto reducirá notablemente tu riesgo de padecer dolores inflamatorios e infecciones, así como de desarrollar cáncer, esclerosis múltiple y depresión. Del mismo modo, la falta de vitamina D aumentará proporcionalmente estos riesgos.

  • Por tanto, la mejor estrategia es salir de casa y exponerse al sol. Los rayos UVB y la radiación ultravioleta desencadenan la síntesis de vitamina D en la piel y mejoran el estado general al ayudar a regular la melatonina y la producción de óxido nítrico (que permite reducir la tensión arterial y el riesgo cardiovascular).

  • Durante los meses de invierno -o durante todo el año si vives en un lugar poco soleado- lo mejor será que tomes un complemento nutricional de vitamina D3 (de 4.000 UI al día).

  • Vigila los aportes de omega 3, que son ácidos grasos antiinflamatorios. Deben estar presentes en la alimentación en una proporción correcta respecto a los omega 6 (ácidos grasos en este caso inflamatorios). Por lo general la alimentación moderna es desequilibrada en favor de los omega 6 en una proporción que puede llegar a 35-1, mientras que el buen equilibrio se sitúa entre 1-1 y 4-1.

  • A fin de restablecer el equilibrio es importante tomar alimentos ricos en omega 3 (es decir, priorizando en la dieta los pescados grasos de mares fríos -arenques, sardinas, anchoas, caballas…-, el aceite de colza y de nuez y ciertos vegetales como las semillas de lino o linaza -que hay que machacar siempre antes de comer-, entre otros).

  • Mejora tu dieta. Reducir el consumo de azúcar, cereales refinados, aceites vegetales refinados (maíz, girasol, germen de trigo), caramelos, galletas y alimentos precocinados, disminuye el riesgo de padecer artritis y los dolores asociados.

  • Asimismo, debes aumentar tu consumo de germinados, ricos en vitaminas, minerales, antioxidantes y enzimas que protegen al cuerpo de los radicales libres y las toxinas; y también de crucíferas (de la familia de las coles), sobre todo brécol, coles de Bruselas y coliflor.

  • Prioriza también el consumo de espinacas y otras verduras verdes, ya que son ricas en potasio, zinc, selenio y vitamina A, e incorpora a tu dieta, si es que no las consumes todavía, las verduras fermentadas, como por ejemplo el chucrut o la soja fermentada.

  • Estos alimentos nutren la microbiota y aportan grandes cantidades de bacterias buenas (probióticos) que protegen tus intestinos.

  • Además, los alimentos fermentados tienen otras ventajas:

  • Contienen grandes dosis de vitamina K2, que previene la formación de placa arterial y refuerza los huesos.

  • Producen vitaminas del grupo B.

  • Mejoran el sistema inmunitario.

  • Desintoxican el organismo.

  • Ayudan a mejorar el estado de ánimo.

  • Evitan y combaten la obesidad y la diabetes.

  • Deja de fumar, sobre todo si alguien de tu familia sufre o ya ha sufrido poliartritis reumatoide. Esto implicaría que podrías padecer una predisposición genética, por lo que es aún más importante que no favorezcas el desencadenamiento de la patología con la intoxicación por el humo del tabaco, que resulta muy inflamatorio para el organismo.

  • Las mujeres poseemos tres veces más riesgo de padecer esta patología que los hombres (el hecho de haber pasado por el embarazo y el parto disminuye las probabilidades de desarrollar esta enfermedad).

  • Haz ejercicio físico regularmente. De este modo contribuirás a regular la inflamación corporal y a mantener la buena salud de las articulaciones.

  • Las articulaciones tienen una particularidad, y es que se gastan sobre todo cuando NO se utilizan. Es decir, que lejos de desgastarlas, utilizarlas haciendo ejercicio moderado favorece que circule por ellas -y especialmente por su cartílago- un líquido lubricante y nutritivo denominado “sinovial”.

  • Son los golpes, los choques violentos y los esguinces o torceduras -es decir, las lesiones- los que resultan malísimos para las articulaciones, y no el ejercicio físico como tal.

Como ves, es mucho lo que la medicina natural puede hacer por ti para prevenir la artritis: nutrientes, plantas y tratamientos para hacer frente al dolor que causa esta patología y además mejorar su movilidad.

Por supuesto la acupuntura tiene la capacidad de tratar el sistema autoinmune para prevenir el comienzo de la patología, y también una vez iniciada, la posibilidad de tratar para evitar dolor e irrigar la zona afectada.

Gracias amigos.

Centro Luri acupuntura y naturopatía. Zaragoza


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