
Espina bífida, síndrome más común de lo que nos parece. En el mundo nace 1 de cada 1.300 niños con este defecto. Es un defecto del tubo neural, un tipo de defecto congénito del cerebro, la columna vertebral o de la médula espinal. Ocurre si la columna vertebral del feto no se cierra completamente durante el primer mes de embarazo. Esto puede dañar los nervios y la médula espinal. Realizar pruebas de detección durante el embarazo pueden diagnosticar esta malformación, pero a veces se descubre sólo después del nacimiento del bebé.
Los síntomas de la espina bífida varían de persona a persona. La mayoría de las personas con espina bífida poseen una inteligencia absolutamente normal. Otras necesitan asistencia, como aparatos ortopédicos, muletas o sillas de ruedas. También pueden presentar dificultades de aprendizaje, problemas urinarios e intestinales o hidrocefalia, una acumulación de líquido en el cerebro.
Se desconoce la causa exacta de la espina bífida, aunque parece tener un componente genético, no siempre es así.
En este caso como en otros muchos, la alimentación sana y equilibrada tiene mucho que ver. Tomar un aporte extra de ácido fólico si estas pensando en quedarte embarazada, puede reducir el riesgo de tener un bebé con espina bífida. Si te encuentras en esta situación, comienza a tomarlo unos meses antes de la concepción, durante todo el embarazo y por medio de la alimentación por supuesto también durante la lactancia.
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